Crisis y cohesión en la Unión Europea: una revisión diez años después

A pesar de las crisis financieras y de refugiados, las investigaciones muestran que la Unión Europea se está haciendo más fuerte

Publication cover
Texto completo disponible en
Resumen disponible en

La coalición entre los miembros de la UE sigue siendo fuerte después de las crisis

A pesar de las crisis financieras y de refugiados, las investigaciones muestran que la Unión Europea se está haciendo más fuerte.

Las sucesivas crisis pudieron haber sacudido a los Estados miembros de la UE y facilitado el surgimiento de partidos populistas, pero nuevas investigaciones sugieren que han tenido poco impacto en la propia UE. El Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR por sus siglas en inglés) ha estado midiendo la cohesión de la UE (la disposición de los estados y ciudadanos de la UE para cooperar) durante la última década. Su último informe revela que, si bien algunos países se han aislado, el nivel general de cohesión -el «pegamento» que mantiene unida a la UE- ha aumentado ligeramente en los últimos diez años. Lejos de «derrumbarse», la UE parece estar fortaleciéndose.

El EU Cohesion Monitor 2018 de ECFR proporciona una descripción única de la cohesión de cada Estado miembro de la UE. El índice combina 32 factores extraídos de fuentes oficiales como el Eurobarómetro o el Índice de Justicia Social para crear un conjunto de diez indicadores para medir la cohesión de la UE. El índice evalúa tanto las relaciones estructurales entre los estados e instituciones de la UE, como el nivel individual respecto a cómo las poblaciones están conectadas.

Los resultados

El ligero aumento en la cohesión general entre 2007 y 2017 es en parte un producto de la rápida integración económica de los Estados miembros más nuevos en Europa Central y Oriental. Pero esta no es la única explicación.

La mayoría de los Estados miembros de la UE se han beneficiado de un aumento de la cohesión individual; sus poblaciones se sienten cada vez más europeas en términos de idiomas, experiencias y actitudes compartidas.

Las excepciones a esta regla son Grecia, Italia, Francia, Polonia, Hungría y España. La mayor preocupación es Italia, cuya caída tanto en cohesión estructural como individual (-1.7 puntos) es la más alta de la UE. Ha pasado de ser uno de los países más eurófilos a ser uno de los más desafectos de Europa. A medida que se acercan las elecciones, con los partidos populistas que protestan contra Bruselas y Berlín, el perfil de cohesión de Italia se acerca cada vez más al de Reino Unido, que recientemente votó a favor de abandonar la Unión.

Siete de los nueve países que han crecido en cohesión estructural e individual están ubicados en el este. Polonia y Hungría desafían esta tendencia más amplia con una cohesión individual en caída que se ve especialmente afectada por un indicador de Compromiso decreciente. Este indicador refleja el rendimiento de los partidos euroescépticos y anti UE, así como la participación en las elecciones nacionales y europeas.

Parece haber una relación clara entre la crisis de los refugiados y el aumento en el apoyo a los partidos populistas en toda Europa, que han jugado con los temores sobre la inmigración y su impacto en las sociedades europeas. El efecto de esto es claramente visible en el indicador de Compromiso en toda Europa, pero hasta ahora solo ha tenido un impacto muy pequeño en la cohesión global de la UE medida por el índice de ECFR.

El autor del estudio, Josef Janning, expresó: «La UE es mucho más resistente de lo que los titulares de los periódicos te harían creer, y la crisis de los refugiados no va a llevar al colapso de la Unión Europea en el corto plazo. Pero podemos ver en los resultados que las crisis tienen un impacto en la participación ciudadana. Entonces, si queremos salvaguardar y fortalecer a la Unión Europea, ahí es donde debemos enfocarnos.

Tenemos que movernos de la integración institucional y las transferencias financieras entre los estados, hacia incentivos con los que los ciudadanos puedan relacionarse más directamente, como programas de intercambio o la abolición de las tarifas de roaming si queremos mantener a las personas comprometidas y solidarias con la Unión Europea». 

España:

Para el año 2017, los indicadores de cohesión individual de España estaban cerca de la media de la UE en todos excepto en “Experiencia”, que era bajo debido a la relativa falta de interacción del público español con el resto de Europa. Sin embargo, aparte de en Integración de políticas y seguridad, los indicadores de cohesión estructural de España estaban significativamente por debajo de la media de la UE. Debido a los efectos de la crisis financiera, los indicadores de Resiliencia, Financiamiento y Vinculaciones Económicas de España disminuyeron en 2.9 puntos, 1.2 puntos y 0.4 puntos respectivamente entre 2007 y 2017. En cohesión individual, el apoyo español a los partidos euroescépticos aumentó considerablemente, aunque el país no tenía un partido anti UE abiertamente. El indicador de Actitudes de España disminuyó en 1.0 punto, pero su indicador de aprobación, que refleja las opiniones del público sobre la integración de la UE, aumentó en 1.5 puntos en este período. En el ranking de Cohesion Monitor de la UE, España cayó del octavo puesto en cohesión estructural en 2007 (el mismo nivel que Alemania y Francia) al 19 ° puesto en 2017 (un puesto por debajo de Francia). En cohesión individual, España no experimentó un declive tan pronunciado como Grecia, Italia o Francia, pero, sin embargo, cayó del 7º al 14º puesto durante esta década. 

El Consejo Europeo de Relaciones Exteriores no adopta posiciones colectivas. Las publicaciones de ECFR solo representan las opiniones de sus autores individuales.