Se cierra la ventana para la reunificación de Chipre

El fracaso de las conversaciones de Chipre deja en suspenso el proceso de adhesión formal de Turquía a la UE.

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El fracaso de las conversaciones de Chipre deja en suspenso el proceso de adhesión formal de Turquía a la UE. 

A comienzos de julio las conversaciones para la reunificación de Chipre se derrumbaron, atenuando la esperanza de una solución en una isla dividida étnicamente a lo largo de las zonas turca y griega desde 1974. De todas las disputas internacionales que los diplomáticos llaman «conflictos congelados», Chipre es uno de las más antiguos con una zona de separación que atraviesa su capital e interminables rondas de diplomacia internacional que se remontan a casi medio siglo.

El viernes, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, anunció: «Siento mucho decirles que, a pesar del fuerte compromiso e implicación de todas las delegaciones y diferentes partidos … la conferencia sobre Chipre se clausuró sin un acuerdo alcanzado”. Él no señaló si una nueva ronda de diplomacia sucederá en algún momento próximo.

Con toda probabilidad, será muy difícil volver al comienzo: la idea de crear una «federación bizonal y bicomunitaria» con igualdad de ciudadanía para los chipriotas turcos y griegos y una tarjeta de membresía de la Unión Europea.

En la cumbre de 10 días en la localidad suiza de Crans-Montana, el factor decisivo final fue un enfrentamiento sobre los acuerdos de seguridad en la isla, donde Turquía y Grecia han sido nombrados durante décadas como «garantes» de las dos comunidades.

Aproximadamente 30.000 soldados turcos han estado estacionados allí desde que Turquía intervino en 1974 para proteger a los turcos de la violencia étnica después del golpe de Estado por partidarios de la unión con Grecia. No sorprende que la naturaleza de esta presencia militar esté fuertemente disputada; se considera una «ocupación» por los griegos y una «operación de paz» por los turcos.

La semana pasada, las negociaciones sobre los futuros acuerdos para la retirada o no de estas tropas resultaron en una disputa, según Reuters, con funcionarios griegos y grecochipriotas acusando a Turquía de entorpecer las conversaciones al insistir en mantener tropas, aunque en números reducidos. Los turcos dijeron que habían mostrado mucha flexibilidad y que la supresión de su papel como protectores de los turcochipriotas estaba fuera de la cuestión.

«Cerca, pero no lo suficientemente cerca», lamentó el enviado especial de la ONU Espen Barth Eide, quien ha liderado meses de intensa diplomacia para la reunificación.

El resultado es aún más decepcionante porque, por un breve momento, las negociaciones lideradas por la ONU parecían prometedoras, con diplomáticos occidentales hablando de una «ventana de oportunidad» para llegar a un acuerdo histórico.

Tres factores hicieron que esta última ronda fuera más favorable. En primer lugar, tanto Nicos Anastasiades, elegido presidente de Chipre en 2013, como Mustafa Akinci, elegido presidente de la república separatista turca en 2015, favorecían la reunificación. En segundo lugar, después del éxito del acuerdo de migración de Turquía con Bruselas, Ankara vio en un acuerdo con Chipre la posibilidad de reactivar la apuesta de Turquía por la UE. Y en tercer lugar, el descubrimiento de nuevos yacimientos de gas frente a Chipre, con el potencial de asociaciones energéticas turco-chipriota-israelíes lucrativas, creó un impulso adicional para todas las partes.

Efectivamente, en conversaciones directas el año pasado, los dos líderes acordaron muchos de los detalles de un acuerdo final, incluyendo una presidencia rotatoria. Sin embargo, al final fue el callejón sin salida de los acuerdos de seguridad a largo plazo -la parte que involucra a Turquía y Grecia- lo que resultó insalvable.

Chipre, por supuesto, no se limita únicamente a Chipre – es fundamental para las futuras relaciones de Turquía con Europa. En 2004, Chipre entró en el club europeo, convirtiendo así el conflicto de décadas en un asunto interno de la UE. Ese mismo año, el actual presidente turco Recep Tayyip Erdogan (entonces primer ministro) respaldó con entusiasmo un referéndum patrocinado por la ONU, con la esperanza de que un acuerdo con Chipre allanara el camino para las conversaciones de adhesión de Turquía con la Unión Europea.

Sin embargo, a lo largo del camino, Ankara se ha vuelto más cerrada y autoritaria, mientras que los europeos se han ocultado detrás de la disputa de Chipre para estancar la adhesión de Turquía. Entre 2004 y 2017, Ankara sólo pudo abrir 16 de los 35 capítulos de adhesión, muchos de ellos bloqueados debido a la cuestión de Chipre.

Hoy en día, con la tibia relación de Turquía con Europa, es difícil prever un retorno al antiguo afán por la reunificación. «Continuaremos los esfuerzos por un arreglo dentro de diferentes parámetros», escribió el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, en Twitter, sugiriendo que Turquía podría estar abandonando los esfuerzos para crear un estado unitario. Sintiéndose cada vez más distante de Occidente y rechazada por la UE, Ankara ya no se siente motivada para presionar por un Chipre unido.

El fracaso de las negociaciones deja en suspenso el proceso formal de adhesión de Turquía con la UE. Ya el Parlamento Europeo ha votado dos veces para suspender las negociaciones de adhesión de Turquía por motivos de derechos humanos y, sin un acuerdo con Chipre, será más difícil obtener la aprobación del Parlamento sobre la propuesta de modernización del acuerdo de unión aduanera de Turquía con Europa. «Ya que Chipre ya es un Estado miembro, inevitablemente habrá más críticas y el lenguaje de la ocupación de las instituciones de la UE», dijo un alto diplomático europeo.

Volviendo al punto de partida, Chipre presiona a Bruselas para que adopte una posición firme sobre el retiro de las tropas turcas y Ankara busca aliviar el aislamiento de los turcochipriotas luchando por un estatuto parecido a Taiwán (comercio pero sin reconocimiento) para la república separatista. La anexión formal de la isla por Turquía es improbable, pero es posible que las tensiones aumenten a finales de este verano, cuando varias compañías energéticas que han firmado acuerdos con el gobierno chipriota comiencen a perforar. Esto es algo que Ankara ha advertido, argumentando que los hidrocarburos pertenecen a ambas comunidades.

En pocas semanas, el negociador de la ONU, Eide, informará al Consejo de Seguridad de Estados Unidos si existe alguna posibilidad de continuar las conversaciones. Muchos observadores internacionales señalan que mantener a un gran número de fuerzas de la paz de la ONU en una zona de contención en la isla no será sostenible a largo plazo y que las dos partes tendrán por lo menos que aceptar la división física de la isla.

Por desgracia, al final, eso puede ser todo lo que puedan acordar. 

El Consejo Europeo de Relaciones Exteriores no adopta posiciones colectivas. Las publicaciones de ECFR solo representan las opiniones de sus autores individuales.